jueves, 10 de junio de 2010

Texto espectacular: ZOOT SUIT (2010)

Texto espectacular: ZOOT SUIT (2010)


Autor: Luis Valdez (dirección y dramaturgia)

Género: Tragedia

México. V. 2010.

México estaba en deuda con Luis Valdes y su Zoot Suit original (1978), que ahora trae a México, traducido al español por primera vez. Es interesante presenciar cómo la cultura chicana tiene mucho qué revelar de nosotros mismos. Es interesante el estarnos enterando de los mecanismos culturales de sobreviviencia que una generación de mexicanos nacidos en Estados Unidos se vieron necesitados de usar para sobrevivir a la cultura norteamericana y arraigarse en esa misma nación. Es un texto escénico hermoso, íntimo, puesto ahí para sentir la sangre llamando a la sangre. Nosotros participamos de ese peregrinar, de ese éxodo confuso y vital donde el fondo muestra un grupo chicano agrediendo a una familia de mexicanos que cambiaron su apellido por otro más norteamericano y, luego, esta misma familia agredida, agrede a otro grupo de chicanos produciéndose al final un asesinato. La misma familia, en una tierra ajena, riñendo entre sí. La carga de contrariedades es muy fuerte. Luego, se potencia este conflicto al poner Luis Valez la lupa en una familia en particular y en un personaje en especial: Henry Reyna y su familia (consanguíneos, amigos y banda); las lealtades, las jerarquías, el orden natural sobresalen con una afectividad apabullante. Este teatro es un encuentro cultural pero a nivel profundo; quien lo toma, bien; quien no lo toma, también está bien. Por supuesto, la obra invita a la unión, a beber de ese río profundo que tiene su cenit en un momento, yo diría, de comunión, cuando se desprende del cuerpo del protagonista (Henry Reyna) el cuerpo original, indígena, que asciende para sacrificarse por... Henry, en primer instancia, y por todos los espectadores a nivel profundo. Insisto, hay quien toma esto, hay quien no y, tampoco lo dudo, habrá quien lo rechace. Y no dudo que si se le llega a reponer dentro de 30 años, seguirá surtiendo efecto de la misma manera. Más de treinta años separan la versión original del hecho real (1944), y tuvo éxito. Un poco más de treinta años separan a la versión original (1978) de la premier mundial en español (2010). Zoot Suit teatral es ya, no lo dudo, un clásico de la cultura latinoamericana, expresa nuestra identidad, nos lleva a visitarla y nos enfrenta a sus contrariedades. Y eso es lo que hoy necesitamos en este 'desmadre' de país en que vivimos.

En cuanto al género, Zoot Suit, es como las tragedias griegas puestas en escena, nos topamos con la distancia estética, con los modos, el estilo de actuación, sobreviviendo lo mismo que en el fondo de las tragedias, su efecto, su esencia cultural, existencial a veces, ética otras, instintiva, moral. Siempre de modo provechoso su mal nos hace bien, su comunión nos involucra (si queremos), renueva una parte de nuestro espíritu (espíritu igual a psique y/o afectos). Zoot Suit es más que pasar un buen rato o es más que reflexionar y sentir. Y el personaje de Henry Reyna venciéndose a sí mismo hasta estabilizarse en una especie de normalidad civil, pues es más que suficiente para hablar de un restablecimiento del orden cuando en un principio se planteaba un desorden. Y el cosmos, sin duda es el de la cultura mexicana, el cual se hace visible y tangible en el desprendimiento del indígena que asciende a las alturas rojas, de sangre; como una masa mítica, porque el resto del tiempo la mexicanidad es natural en la idiosincrasia de los personajes.

Seguramente será difícil aceptar que es una tragedia, sin embrago, para los que persiguen o ven más a Brecht en esta estética, yo no lo vi. Pienso en un clásico brechtieno que ha sido confundido con tragedia, Galileo Galilei, donde la estructura en cada cuadro de su secuencia es demostrativo; todos los cuadros son demostrativos, ahí no hay un cosmos agredido o interlocutor sino que hay un choque a nivel de relaciones sociales, un choque entre un grupo social y otro, entre una ideología y otra; quizá Brecht muestra ahí contradicciones ideológicas pero no contradicciones humanas, a nivel de imaginario colectivo, como sí las hay en Zoot Suit, y por eso preveo que es ya un clásico dramático latinoamericano, que soportará las puestas en escena de generaciones distantes, sean liberales o sean conservadoras, sean revolucionarias o sean de una plutocracia, como lo es la sociedad en que nos desarmamos día con día.

miércoles, 9 de junio de 2010

Texto espectacular: 9 DÍAS DE GUERRA EN FACEBOOK. (2010)

Texto espectacular: 9 DÍAS DE GUERRA EN FACEBOOK. (2010)
Autores: Luis Mario Moncada (dramaturgia) y Martín Acosta (dirección)
Género: Melodrama.
México. V. 2010.
El texto en escena siempre será una puesta en escena (drama). Pero el texto, ocupado como un elemento más del lenguaje teatral, siempre será sonido (espectáculo). En 9 días de guerra en Facebook, me llamó mucho la atención cómo el texto puesto en escena se iba diluyendo en sonido para luego regresar al drama, haciendo de esta obra una especie de teatro experimental, sin apuesta alguna, donde los creadores parecen más atentos a los resultados y las posibilidades teatrales de un fenómeno comunicativo que está entrando en la vida cotidiana de varias personas: las redes sociales de las tecnologías de información y comunicación (las TIC famosas). Así, en escena, vemos que donde el texto hablado se agota, requiere del espectáculo para salvar al discurso escénico de la aburrición; donde se agota la idea dramática (dramaturgia de Luis Mario Moncada) entra al quite la tesitura espectacular (dirección de Martín Acosta). Y, por supuesto, cuando sólo se está al tanto de los resultados (como ese efecto del colchón cayendo de lo alto sorpresivamente, o el acto de magia para desaparecer a una actriz al final) es de esperar un cierto desconcierto en el espectador, al que los creativos necesitan escuchar. Y lo hacen, abren espacios para recibir conclusiones sobre lo que están percibiendo. Yo, por mi parte, rogué a Dios porque no me acercaran el micrófono ya que iba a soltar un disparate, iba a decir algo así como: “yo estoy de acuerdo con Rosalinda a pesar de que está bien loca”. Claro que no iba a ser el único en soltar disparates. Fue hasta que los espectadores lo permitimos cuando se empezó a opinar de un modo 'serio'. Sin embargo, cuando el discurso escénico nos pidió opinar sobre la pertinencia de haber borrado (sacado de una discusión) a la misma Rosalinda, ocurrió algo curioso, la respuesta del público fue contradictoria o complaciente, al grado de que entró en choque un espectador con la narración escénica, donde ya estaba preparada la respuesta correcta para continuar: “el moderador hizo bien en expulsar a Rosalinda”. Valiendo una observación: en un espectáculo esto no ocurriría, las reacciones de los espectadores fluirían, encontrarían su cause, pero como no lo hubo, el espectador se alerta para quedarse con la historia (con el aspecto dramático paralelo a la discusión), terminando de modo brusco el experimento y obligando al espectáculo desarrollado a aceptar en este caso la supremacía del drama impuesto. Claro, alguien debía ceder. Y si algo se debe aprender de esto es que cualquier manifestación de texto emitido en escena, es traicionero si se le mantiene y se le apapacha dramáticamente. La nobleza de los elementos espectaculares (actuaciones, coreografías, iluminación, efectos visuales, discurso sonoro) soportan a una pareja dramática por más disonante que esta sea, pero, ¿el espectador tiene por qué soportarlo? Dar con el género podría ayudarnos. Yo diría que aunque 9 días de guerra en Facebook tiene una estructura demostrativa, no se sabe bien a bien qué es lo que quiere demostrar; demasiada ambigüedad diluida en algo experimental. Por lo mismo, creo que la discusión que se da entre los personajes no es seria. Y si no es seria no nos queda más que identificar a todo este material como melodramático. Aunque, si bien un melodrama debe entretener, este sería un melodrama bastante aburrido y hasta cansado. Quizá dentro de las zonas del experimento igualmente ocurren efectos “serios”, que prevén la pesadez de la primera parte de la obra. Pero como el experimento se diluye para agrandar un drama enano (porque no me van a decir que la vida pusilánime del personaje moderador es interesante) entonces no se puede confiar en que hayan intentado algo diferente, sigue siendo un melodrama; e insisto, un melodrama bastante aburrido, parchado y que vale la pena por la Rosalinda (Olivia Lagunas) de las primeras tres cuartas partes de la función, después se le nota muy cansada y carente de energía, y no creo que sea más que un efecto colateral del mismo discurso experiemental. Por lo mismo, convendría que 9 días de guerra en Facebook se conservara como experimento, convendría que la historia paralela del moderador se borrara. Convendría arriesgar el espectáculo aunque solamente durara una hora y se quedara con dos o tres espectadores; finalmente, el Foro Sor Juana es un espacio universitario y lo soportaría. O que, realizados estos cambios, 9 días de guerra en Facebook cambie de teatro; ahí está el Santa Catarina.