viernes, 19 de abril de 2024

El amante y la espiga - Poemario de Leticia Luna

 Javier Acosta Romero


Siempre me he quejado de esos paratextos que anteceden a los sonetos de Sor Juana, especies de títulos que suponen orientar el sentido que el lector le debe dar al poema. Afortunado el recurso o no, ahí están, de la misma manera que las moralejas en las fábulas de Esopo; manoseadas para responder al sentido moral de las épocas que lo editan.

 Pues bien, he decidido hacer un ejercicio semejante, una pretensión estrafalaria para orientar deliberadamente el sentido de un poemario a partir de los poemas que lo conforman.

Empezaré por el poemario El amante y la espiga, del libro FUEGO AZUL (POEMAS 1999-2014), de Leticia Luna. Observaciones y comentarios, son bienvenidos.


El amante y la espiga

“Para besarte es que escapo”, es el verso que me ayuda a sujetar el resto del poema, que construye la temporalidad de una relación erótica entre amantes. Regularmente estas historias se terminan pero aquí el idilio progresa, madura, permanece. Se mantiene con vitalidad, lo que lo convierte en un himno prodigioso que apela al éxtasis de los amantes en esos momentos en que presienten que nunca se van a separar. A final de cuentas, aunque en la realidad esta relación terminara, la versificación, el salto a la poesía, consagra ese recuerdo. Pastilla de placer en once tiempos.


Obsidiana

“Necesitaba … gritar a solas que has sido mío”. Es una entrada poderosa; razones para tal regocijo hay muchas, sin embargo, el poema nos sorprende al descubrir que el anhelo realizado no parte de cuestiones sociales o monetarias, el personaje descubre que apropiarse de ese otro le conecta con algo más allá de las fronteras de su propio cuerpo, la pone en contacto con la naturaleza más vital, esa vitalidad que obliga a las plantas a elevarse gloriosas hacia el cielo. Termina el poema y sabemos que el personaje implícito (un ella), a quien pertenecen las palabras de los versos, está dispersa y unida a la vitalidad del mundo. 

 

En los labios de la luna

“convertido en los muchos seres que eres, deja que se gocen uno después de otro:” Como en las artes plásticas, trabajar con un material implica dejarlo ser en la obra. Lo mismo en la poesía, identificado el material se explora en la lubricidad de la palabra al grado de subir la mirada, observar la luna (poseerla) y regresar al viento y sus criaturas el ser de esa relación, con agregados (o heridas) que anuncian el final de un ciclo:  “vuelta a la hoja”, “libro antiguo”, “muerte”. Aunque los poemas guardan su independencia, agrupados bajo un mismo título, El amante y la espiga, necesitaron aquí bajar la intensidad para intentar nuevos ascensos. 


Desde el oasis

En cinco apartados aparecen con peso, con entraña: el otoño, la espera, la ausencia, el presagio. Y aún más importante, es evidente la inacción del amante, la conclusión implícita de la relación, el amor por el amante a pesar del alejamiento. Halagos más que pasión. Una sensación de estar en el umbral del luto. La vida en los suspiros de algo que fallece. Pero si confiamos en la obstinación de la poeta para que no fenezca este amorío apasionado, espero con ansias el próximo poema.


Levitación de los deseos

“Y tú y yo … atravesando … el torbellino azul de los deseos.” Todo ello a partir de la imagen de un volcán, el amante convertido en esa fuerza colosal. La pasión que ha regresado a él, el volcán que se reactiva. Más la idea de peligro o riesgo, el azul opuesto al rojo lava, lo que da un límite, la idea de límite que modula o modera esa relación para que sobreviva.  


Levitación de la vigilia

“El ángel guardado en la entrepierna”, la duda que tardó en aparecer. La realidad de las cosas como son, como si se preguntara, por fin, el personaje  implícito del poema, qué está haciendo, qué es de ella cuando no es su relación amante. Se llama ella misma al equilibrio, al ángel guardado en la entrepierna. Hermosa imagen de una toma de consciencia.


Sin pájaros ni madreselvas

“Pasaré por tu calle como por tu cuerpo”. Es el verso de entrada, la tristeza implícita. La separación obligada. De nuevo el alejamiento del amante. La moderación. El amor de ella por él. Únicamente por él. Una mujer enamorada que esquiva con naturalidad la indiferencia del otro, los peros del otro para continuar con ese placer, esa osadía de sentidos. Se dice mucho que la poesía es emotiva, pero se dice poco que lo emotivo engendra ideas, de esas que se vuelven faros, no ocurrencias. Las ocurrencias se disuelven rápido.


Perla y Jade vs Jade y perla

Se presentan como dos poemas separados, sin embargo, en el ejercicio de lectura se descubre un  juego de cambio de roles. Un poema con perspectiva de género que evidencia el ejercicio intelectual, plástico, para abordar una idea, donde ya no es un amante y una espiga, ni un ella y él. Son la mujer y el hombre, en un juego de roles que le quita peso al género y los une, aunque estructuralmente se presentan como una separación (dos poemas). La unidad como idea. La imposición (realista) de la forma los separa.


Termina el poemario.

Gracias, poeta.

El libro, ya usado. Usted consígase el propio, urgente. Está en librerías.

Leticia Luna: Poeta, ensayista, editora, docente y promotora cultural mexicana. Licenciada en Periodismo por la Universidad Nacional Autónoma de México unam y Maestra en Creación Literaria por el Centro Cultural Casa Lamm. Realizó investigaciones de postgrado sobre la obra de José Lezama Lima y Alejo Carpentier en Cuba. Dirige la editorial La Cuadrilla de la Langosta y pertenece al Consejo de Colaboradores de la revista Alforja de Poesía. // http://www.elem.mx/autor/datos/109684

Luna, Leticia. (2014) Fuego Azul, Poemas 1999-2014. San Salvador: Índole Editores.

martes, 20 de septiembre de 2022

EL GRITO

 EL GRITO 

-divertimento teatral- 

Autor: Javier Acosta Romero 

 
 

                                                               El arte traducirá creativamente la dramática narrativa actual. Edvard Munch marcó el camino en 1893 con “El Grito”. 

 Mario Ficachi 

 
 

Personajes: Un hombre y una mujer (ÉL y ELLA). Son vecinos. Treintañeros. Ambos con aspecto dominical bastante desenfadado pero, a pesar de ello, él luce metrosexual. 

Cuadro único: Él hace jardinería de su lado, trasplantando un brote. Ella atiende las necesidades de un perro de peluche que sacó a pasear. PAUSA LARGA. Ella descubre al vecino, lo admira en silencio (Se derrite), apresura al perro para regresar a casa. SALE DE ESCENA. 

PAUSA. ELLA REGRESA SIN EL PERRO, REVISA UN GRÁFICO COMPLEJO QUE TRAE EN UN PLIEGO DE PAPEL BOND. CRUZA LA CALLE, ABORDA AL VECINO QUE VOLTEA SORPRENDIDO. 

ELLA: Hola ¿Confías en mí? PAUSA Te pido que confíes en mí ¿Puedes? 

PAUSA. EL VECINO SE ALZA DE HOMBROS, NO ENTIENDE.  

ELLA, LE PRESENTA EL GRÁFICO: Este eres tú, haciendo tu propia vida. Esta es tu propia vida. Mira. Y esta de acá soy yo, hago mi propia vida. Con el agregado de que tú me gustas. 

ÉL: ¿...Por qué debería confiar en ti?  

ELLA: Lo obvio es que aún no sabes que estoy enamorada de ti. 

ÉL: …Pero ya lo sé, me lo estás diciendo. 

ELLA: Lo que escuchas es sólo un proyecto. Estás enterado del proyecto. El problema es que en nuestra vida cotidiana solamente llego a verte cuando tiras tu basura los martes. Solamente los martes. 

ÉL: Lo siento. Nunca pongo atención. Al basurero sí lo identifico.  

ELLA: Yo vivo en la casa de enfrente. 

ÉL, SEÑALA: ¿Esa es tu casa?  

ELLA: No hace mucho pero ya tengo más de un mes viviendo en la ventana que está frente a la tuya. 

PAUSA 

ÉL: ¿Al otro lado de la calle?  

ELLA, ASIENTE: ¡Sí! 

ÉL: …Es sorprendente. 

ELLA: Realmente agradezco que no acostumbres fijarte en lo que hago, no acostumbro cerrar mis cortinas porque me siento encerrada. Me gusta el aire, que entre el aire, y el sol, que entre mucho sol... PAUSA También me gustan tus plantas; ¡Me gustan las plantas! En general; regaño a mi perro cuando se las come. 

ÉL: Le hace bien a la panza. 

ELLA: No, no siempre PAUSA ¡Por favor no me digas que eres casado, o que tienes una relación! PAUSA Lo siento, yo sí te he espiado, todo un mes. 

ÉL: …Hoy es jueves. 

ELLA: ¡Sí! No esperaba encontrarte. 

ÉL: Me quedé sin trabajo. 

ELLA: ¡Auch! PAUSA Pudiste esperarte media hora, antes de confesarlo. 

ÉL: No me preocupa no tener trabajo. Conseguiré otro.  

ÉL VECINO MIRA SUS MANOS LLENAS DE TIERRA.  

ELLA, SE ALEJA CON CAUTELA: …Presiento que tienes cosas más importantes qué hacer. Yo, me dejé llevar… No era mi intención. PARA SÍ MISMA ¡Ah! ¡Soy tan emocional! PUEDE DECIRSE QUE CRUZÓ LA CALLE PARA REGRESAR A SU BANQUETA. DESDE AHÍ SE DESPIDE AGITANDO UNA MANO. REALMENTE NO ESTÁN LEJOS. ES MÁS UN CAMINO QUE UNA CALLE. PAUSA. EL VECINO LA MIRA CON CURIOSIDAD. PAUSA. 

ELLA: ¡Que tengas buen día! 

ÉL: …Vecina ¿Podemos empezar con un simple plan? 

ELLA, VUELTA A LA VIDA:  ¡...Obvio, sí!  

EL VECINO CRUZA LO QUE PARECE SER LA CALLE. LA MUJER LO RECIBE Y SE ENTIENDE QUE LO HACE PASAR A SU CASA HASTA QUE SALEN DE ESCENA. EN TANTO: 

ELLA: Tengo toallas extras… Y espacio. Mucho espacio, por si quieres… 

ÉL: Empezaré lavándome las manos, están llenas de tierra. 

ELLA: ¡Yo adoro la tierra! ¡No te laves las manos! ¡Ahorita no, por favor! Quiero decir, que sea lo que pase, con todo y tierra. O sin tierra. 

VOZ ÉL: OK. Y ¿Tu perro? 

VOZ ELLA: Encerrado. Algo me decía que el proyecto… Que este plan… PIENSA EN VOZ ALTA ¡Dios mío! ¡Gracias! 

OSCURO / FIN 

 
 

"Skrik" Edvard Munch. 1893

Ciudad de México, septiembre 2022