lunes, 18 de octubre de 2021

Texto narrativo: ORLANDO Autor: Virginia Woolf. // Tr. Jorge Luis Borges. // Género: Obra didáctica con personajes cómicos

México-X-2008

Orlando, muestra un trabajo extraordinario con el lenguaje. Es de esos textos donde es más importante la forma que el contenido, porque se vale también leer así, pendientes de la forma, tocados por los juegos continuos de la prosa. Orlando es un trabajo arduo y delicado al que se le pone su propio límite solamente para dejarnos la sensación de eternidad en un personaje ideal y por lo mismo perfecto: un ser que vaga con intensidad en las polaridades y esencias triviales y significativas de la vida humana, como sea esta para el lector que es crítico en su entorno de un modo razonable sin por ello ser revolucionario o activista. La belleza de Orlando es eso, un texto elegante que cuenta la historia de un individuo que vive en tres épocas distintas, tratando de desentrañar lo que es vivir sin percatarse que está viviendo siempre de un modo extraordinariamente intenso, con todo y sus limitantes personales, como todos-todos las tenemos. Claro, el lector se vuelve aquí más inteligente que el personaje, sabemos cosas que el personaje ignora, vemos que toma decisiones que lo podrían poner en desventaja pero, conforme pasa el tiempo y las páginas, nos damos cuenta que no importa cómo le vaya al personaje, a nosotros nos transmite con intensidad esa vida que él (y luego de ese él es un ella) nos transmite la vida a contracorriente de lo que el tiempo nos hace a todos en la realidad; ella, al contrario, simplemente vive y alimenta sus pasiones. Es una vida ideal con un juego estupendo de parte de la Woolf. Con Orlando tenemos una vivencia no significativa pero sí maravillosa, farmacológica, ricamente intoxicante. Con uno de los finales más alucinantes, donde el personaje sigue siendo como el niño que se nos describe al principio, nada más que convertido en una mujer que es madre también y que se entrega al marido recién llegado, un marido que se dedica con pasión a sobrevivir a los huracanes con todo lo que ello implica cuando se logra sobrevivir a estos. Recuerdo al menos tres películas que tratan sobre esto: sobrevivir a huracanes y demás tempestades y naufragios; bueno, pues eso que puede ser motivo para hacer películas completas, es en Orlando solamente un elemento más dentro de un universo magnífico, nostálgico y moderno, con las contradicciones que nos caracterizan cuando lo que queremos es evadir la realidad tal cual con sus horrores. Orlando trasciende la realidad y nos ubica en una eternidad bellísima e inaplicable que vale probarla y digerirla mientras dura. Por esto, hago un agradecimiento profundo y bello a Virginia Woolf y al traductor de su obra; respetar un texto así es invaluable, lo que demuestra un entendimiento técnico de lo que Borges (traductor) leyó en el Orlando de la Woolf.

            Para cerrar, apuntaré el género dramático que considero se hermana con Orlando. Yo diría que lo hace con el género didáctico, apoyado este con un tono cómico. El género didáctico todo lo permite a nivel de realidad, permite que el personaje Orlando sea un hombre y después de varios días dormido sea una mujer. Y el subgénero que acompaña aquí al género didáctico es el que le da carácter a los personajes que apreciamos, en este caso el carácter realista propio de los personajes cómicos elegantes, donde la tesis que defiende es que la vida es intensa y excelsa y que no tenemos por qué dudarlo, pues el ejemplo que nos da la Woolf con el personaje Orlando es que a pesar de las inseguridades de este de no sentirse en la vida, siempre lo estuvo, nada más que no se da cuenta de ello cuando se la pasa pensando y reflexionando y meditando y sintiendo con intensidad. Orlando vive trescientos años (hasta donde llega la novela, porque su aspecto final es el de una mujer de 36 años de 1928) y no se da cuenta que para todos los que la leemos es una mujer intensa, más viva que muchos de nosotros, convirtiéndose en un ejemplo de que la vida se vive con intensidad a pesar de sentir y creer lo contrario.

            Llegué a pensar también que podría ser una tragicomedia por lo maravilloso del lenguaje, pero la ausencia del doble tono me obligó a mirar con seriedad al género didáctico, donde se da el planteamiento filosófico de Orlando respecto a la vida, los tópicos que sobre la literatura y la vida nos da con ironía el narrador y la gran conclusión que es el final, donde se reitera la intensidad de la vida de Orlando en un gozo excelso que apenas empieza cuando termina la novela.

Orlando - Javier Acosta 2021
Orlando / Javier Acosta 2021