Autores: Luis Mario Moncada (dramaturgia) y Martín Acosta (dirección)
Género: Melodrama.
México. V. 2010.
El texto en escena siempre será una puesta en escena (drama). Pero el texto, ocupado como un elemento más del lenguaje teatral, siempre será sonido (espectáculo). En 9 días de guerra en Facebook, me llamó mucho la atención cómo el texto puesto en escena se iba diluyendo en sonido para luego regresar al drama, haciendo de esta obra una especie de teatro experimental, sin apuesta alguna, donde los creadores parecen más atentos a los resultados y las posibilidades teatrales de un fenómeno comunicativo que está entrando en la vida cotidiana de varias personas: las redes sociales de las tecnologías de información y comunicación (las TIC famosas). Así, en escena, vemos que donde el texto hablado se agota, requiere del espectáculo para salvar al discurso escénico de la aburrición; donde se agota la idea dramática (dramaturgia de Luis Mario Moncada) entra al quite la tesitura espectacular (dirección de Martín Acosta). Y, por supuesto, cuando sólo se está al tanto de los resultados (como ese efecto del colchón cayendo de lo alto sorpresivamente, o el acto de magia para desaparecer a una actriz al final) es de esperar un cierto desconcierto en el espectador, al que los creativos necesitan escuchar. Y lo hacen, abren espacios para recibir conclusiones sobre lo que están percibiendo. Yo, por mi parte, rogué a Dios porque no me acercaran el micrófono ya que iba a soltar un disparate, iba a decir algo así como: “yo estoy de acuerdo con Rosalinda a pesar de que está bien loca”. Claro que no iba a ser el único en soltar disparates. Fue hasta que los espectadores lo permitimos cuando se empezó a opinar de un modo 'serio'. Sin embargo, cuando el discurso escénico nos pidió opinar sobre la pertinencia de haber borrado (sacado de una discusión) a la misma Rosalinda, ocurrió algo curioso, la respuesta del público fue contradictoria o complaciente, al grado de que entró en choque un espectador con la narración escénica, donde ya estaba preparada la respuesta correcta para continuar: “el moderador hizo bien en expulsar a Rosalinda”. Valiendo una observación: en un espectáculo esto no ocurriría, las reacciones de los espectadores fluirían, encontrarían su cause, pero como no lo hubo, el espectador se alerta para quedarse con la historia (con el aspecto dramático paralelo a la discusión), terminando de modo brusco el experimento y obligando al espectáculo desarrollado a aceptar en este caso la supremacía del drama impuesto. Claro, alguien debía ceder. Y si algo se debe aprender de esto es que cualquier manifestación de texto emitido en escena, es traicionero si se le mantiene y se le apapacha dramáticamente. La nobleza de los elementos espectaculares (actuaciones, coreografías, iluminación, efectos visuales, discurso sonoro) soportan a una pareja dramática por más disonante que esta sea, pero, ¿el espectador tiene por qué soportarlo? Dar con el género podría ayudarnos. Yo diría que aunque 9 días de guerra en Facebook tiene una estructura demostrativa, no se sabe bien a bien qué es lo que quiere demostrar; demasiada ambigüedad diluida en algo experimental. Por lo mismo, creo que la discusión que se da entre los personajes no es seria. Y si no es seria no nos queda más que identificar a todo este material como melodramático. Aunque, si bien un melodrama debe entretener, este sería un melodrama bastante aburrido y hasta cansado. Quizá dentro de las zonas del experimento igualmente ocurren efectos “serios”, que prevén la pesadez de la primera parte de la obra. Pero como el experimento se diluye para agrandar un drama enano (porque no me van a decir que la vida pusilánime del personaje moderador es interesante) entonces no se puede confiar en que hayan intentado algo diferente, sigue siendo un melodrama; e insisto, un melodrama bastante aburrido, parchado y que vale la pena por la Rosalinda (Olivia Lagunas) de las primeras tres cuartas partes de la función, después se le nota muy cansada y carente de energía, y no creo que sea más que un efecto colateral del mismo discurso experiemental. Por lo mismo, convendría que 9 días de guerra en Facebook se conservara como experimento, convendría que la historia paralela del moderador se borrara. Convendría arriesgar el espectáculo aunque solamente durara una hora y se quedara con dos o tres espectadores; finalmente, el Foro Sor Juana es un espacio universitario y lo soportaría. O que, realizados estos cambios, 9 días de guerra en Facebook cambie de teatro; ahí está el Santa Catarina.
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