Texto
narrativo: EL COMPLOT MONGOL
Autor: Rafael Bernal.
Género: policíaco, en tono de melodrama-cómico y con
estructura de obra didáctica.
México. XII. 2008.
Esta es una novela de culto, los
lectores asiduos la adoran, le tienen su capillita, pues es de los primeros
textos mexicanos de género policiaco bien logrado. Incluso, hay quienes
aseguran que este texto de Bernal es la mejor novela policiaca mexicana y de
las mejores a nivel hispanoamericano. Por mi parte lo que me atrae de este
texto es lo siguiente:
En
este texto ocurre que el protagonista es un gatillero, un matón, un agente
policíaco que sólo es requerido para asesinar. Sin embargo, en la novela vemos
cómo empieza a enamorarse de una refugiada oriental, una muchachita muy
hermosa. El problema es que la consolidación sexual no se da, se va retrasando y
retrasando hasta que la muchachita es asesinada por su protector en el momento
en que parecía resuelta la novela; entonces el gatillero se vuelve un demonio
vengativo que acaba con sus jefes y con el asesino de la muchachita, quien era
también un amigo del gatillero. La novela parece que acabará del modo más
conveniente para todos los personajes cuando Bernal decide cegar de celos al
protector de la muchachita, desencadenando la reacción de venganza ciega del
gatillero, que le muestra al mundo que su propio actuar tiene un límite, y
donde el actuar de los demás depende de ese límite. El mundo rebasó el límite,
acaba con el mundo matando a todos los implicados de todos los bandos posibles.
El
movimiento vital se da con la configuración de un amor que es eliminado, con lo
que el desenlace muestra la reacción frente a esa enorme pérdida personal, una
pérdida que alcanza a afectar a todos los personajes que integran el complot
que se maneja desde un principio. Así que esto, más que una narración
policíaca, es una declaración de principios, y enseña la obediencia a esos
principios que son personales, propios del gatillero que sobrevivió a los
gobiernos militares y a los mandos civiles. Filiberto García, el gatillero, se
erige como un hombre singular, ejemplar, idealizado, de la misma manera que el
personaje de una obra didáctica divertida, en tono de melodrama cómico. Su
efecto, por lo mismo, ejercita en el lector sentimientos excelsos, por encima
de los valores morales que rigen en lo ordinario, a la par del protagonista o
como el protagonista, a quien se admira y se quiere, con quien se duele el
lector cuando ocurre la enorme e infinita pérdida que solamente Filiberto y el
lector comprenden, nadie más, con lo que se mantiene la acción en los asuntos
de interés individual, personal, íntimo.
Quien
descubra críticas a la vida política de esa época, no debe perder de vista que
son críticas inofensivas, de un héroe oculto, de un renegado, cuya inmunidad
depende del capricho del gobernante en turno y sus mandos. Este texto no es
capaz de cambiar el fondo del problema político, por lo que es una novela que
juega con la idealización, nos regodea con ella, nos fortalece en el valor
ético de lo que debería ser la justicia cuando se le niega el amor de su vida a
un servidor público.
El
complot Mongol es un texto divertido, que nos emociona con los claroscuros de
un hombre perfecto en su naturaleza de gatillero, pues es como todos los
gatilleros deberían ser. Lástima de destino, pues su deseo amoroso se ve
frustrado aunque no por ello su ética se transforma. Para nada. El protagonista
es un hombre íntegro, en toda la extensión de la palabra y para admiración de
todos.
Complot (Javier Acosta y ... / 2022 / Fragmento) |
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