LA DENSIDAD LITERARIA DE "LOS DE ABAJO"
Javier
Acosta Romero
Uno de
los conceptos que mayor trabajo cuesta creer o aceptar en la práctica
de la lectura es la mímesis, cuya revisión estética se la
dejo a los especialistas. Sin embargo, para explicar la famosa novela
de Mariano Azuela, Los de abajo, encuentro en la mímesis
la categoría estética predominante en la diégesis,
fundamentalmente porque explica la manera en que le dí lectura.
Como
entiendo el concepto desde la práctica lectora, se refiere a toda
aquella información que el texto arroja directa o indirectamente
sobre el contexto al que alude y/o al que pertenece no sólo la
novela, también la esfera cultural del lector, y aunque ambas
esferas no coincidan en el tiempo. Por ejemplo, en la novela de
Azuela la mímesis está con la actitud aguerrida de quienes
entraron a la revuelta de 1910 siendo que yo lector nací en la
segunda mitad del siglo XX, pero miméticamente reconozco la actitud
aguerrida de los mexicanos revolucionarios y en especial, reconozco
la noción de libertad y de revancha que exime a los personajes de
Azuela de un aparato de justicia eficaz. La novela insiste en ello:
socialmente le da seguimiento a un grupo guerrillero que se
identifica con el villismo por pura geografía, sin
conformarse ideológica o políticamente; simplemente se dejan ir por
la dinámica de la revuelta. Denotan con ello carencias educativas
(formativas, pensando en el concepto de modernidad) que por
comparación mimética hacen de los guerrilleros de Azuela víctimas
de las circunstancias de una guerra en la que pudiendo decidir mejor
(para beneficio personal y social), no les era posible por la
peculiaridad de su carácter y, al contrario, los personajes insisten
en el barbarismo (lo opuesto a la modernidad) al grado de que la
esfera política desaparece y poéticamente se abandonan a lo que
ellos consideran debe ser el momento “heroico” de su muerte, a
manos de otros guerreros, mucho mejor pertrechados y victoriosos.
Con
lo anterior, más cuestionamientos miméticos saltaron: ¿Quiénes
ganaron, entonces, en la revuelta de 1910? Busqué el carácter de
los elementos externos que indirectamente señala la novela... Los
villistas, ellos, ¿merecían no solamente perder la guerra sino,
además, debían ser exterminados? El discurso de Mariano Azuela es
ambiguo, porque al aniquilar tan poéticamente a los guerreros que
estaban bajo las órdenes del personaje Demetrio Macías, favorable
al movimiento villista, parece quitarnos la preocupación de los
excesos que hubieran existido si estos llegaban a gobernar como lo
hicieron en cada pueblo que agredían (o tomaban). Miméticamente
enfilo las baterías hacia el contexto donde fue escrita la novela y
me encuentro con que el autor la escribió en el exilio, temiendo
alguna represalia de los carrancista por la participación directa
del autor en la revuelta, del lado villista... Sin embargo, no veo en
la novela Los de abajo algo que me diga que el autor está a
favor del movimiento villista, al contrario, es como si el autor
hubiera concentrado los excesos que pudieran explicar el fracaso del
villismo como opción de gobierno.
Además,
esta reflexión que apela al material de la mímesis, se da en una
época de elecciones federales (lo escribo en abril de 2018, en
México y como mexicano), donde los defensores de la continuidad
están haciendo lo miso que Mariano Azuela: producen escenas de
miedo, que le dicen a la gente que esas serían las consecuencias de
votar por los posibles renovadores del gobierno. Y aunque la memoria
de Mariano Azuela es intocable, la poética de su novela le resta
fuerza al movimiento villista, movimiento al que paradojicamente
perteneció, por eso creo que su novela le sirvió más para revisar
(y con ello purgar) los excesos de quienes se dijeron villistas pero
que se comportaron como bandidos. ¡Qué difícil! Porque me niego a
tirar por la borda la imagen heroica y popular que tengo del
villismo, de la misma manera en que me niego a creer en las patrañas
electoreras de los políticos conservadores que se expresan vía los
medios masivos de comunicación hoy día: noticiarios, anuncios,
comunicadores, prensa, influencers, internet... Ni siquiera puedo
pensar que Los de abajo es nacionalista o pacifista porque
muestra los horrores y heroísmos de la guerra. No, porque si intento
argumentarlo gana siempre la visión de Azuela, que es contraria al
carácter popular del villismo, del cual históricamente se establece
que buscaba la justicia para las bases sociales encarnadas por los
desposeídos, a quienes no les hizo justicia la revuelta, de la misma
manera que le ocurre a los desposeídos de hoy (cien años después),
a quienes los conservadores han abandonado en la ignorancia, que es
propicia solamente a las estructuras, efectos y amoralidades del
hampa.
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